Buscando la sostenibilidad (I)

Uno de los aspectos para trabajar la sostenibilidad en la casa ha sido la elección del mobiliario, tratando de incorporar sólo muebles de madera maciza y de bosques sostenibles.

En nuestra casa hemos decidido ir en busca de la sostenibilidad en todo lo posible. Uno de los aspectos que hemos tenido en cuenta es los muebles elegidos (otros días iremos contando cosas de otros aspectos en los que intentamos trabajar la sostenibilidad). Por ello, para las estancias de la casa, dormitorios, salón, comedor… hemos elegido muebles de LUFE.

No es cuestión de hacer propaganda, ni sacamos nada de hablando de esto; sólo dejar constancia del cuidado en los detalles que hemos intentado tener en todo momentos. Y los muebles son un gran detalle en una casa. Por eso a la hora de elegir, y ya que había que comprar cosas, hemos optado por muebles de madera maciza natural, sin tratamientos y sin lacados, con el certificado PEFC.

¿Qué significa todo esto? que los muebles son piezas de madera natural, que huelen a madera, con tacto a madera y con la robustez de la madera. No llevan contrachapados, ni pinturas, ni barnices… no son conglomerados y además provienen de bosques sostenibles como reconoce el Programa para el Reconocimiento de Certificado Forestal (https://www.pefc.es/pefc.html). La verdad es que al montarlos y verlos da gusto la limpieza y el aroma a madera que dejan en la casa y son simples, que también es algo que apreciamos en esta vida de complicaciones y adornos por todos los lados.

Finalmente, la elección de los muebles también estuvo basada en la búsqueda de lo local y lo cercano. Cierto es que podíamos haber recurrido al carpintero del pueblo, que ha trabajado genial en la reforma de la casa y ha dejado todo lo que ha hecho a la perfección. Con él seguimos trabajando porque nos suministra los pellets para la caldera y nos hace todos los arreglos en puertas y ventanas que no podemos asumir. Pero para los muebles, la verdad es que finalmente nos decantamos por los elegidos por la sencillez, la variedad que cubría las necesidades y el precio. Pero como decía, uno de los factores importantes fue igualmente la cercanía y los valores de la empresa.

Los productos son de madera de bosques de pino (normalmente de especies introducidas en el norte de España en el siglo XIX por su rápido crecimiento y la calidad de la madera para productos derivados) que hay en las poblaciones de los fundadores. La fabricación, preparación y embalaje de las piezas la hacen en la fábrica de Aizarnazabal, un pueblo en Gipuzcoa. Siempre se venden desmontados, sin tiendas físicas y a través de internet. No hay papel ni para la factura, mucho menos para las instrucciones de montaje, lo cual es de agradecer porque recuerdo algunos muebles con dos kg de papel en instrucciones en todos los idiomas… el servicio tiene personas detrás del teléfono o del correo electrónico que atienden directamente y responden a tus preguntas y peticiones. Y finalmente el resultado es satisfactorio en todas las dimensiones del producto que necesitábamos, así que contentos de la elección.

Os dejamos la web por si queréis verla: https://muebleslufe.com/

Galletas de avena de nuestra amiga Naiara

La receta de hoy es muy sencilla, pero deliciosa y sana para tod@s. Es una receta que nos enseñó una amiga hace años y desde entonces no hemos dejado de hacer.

Hoy os dejamos una receta super sencilla y super buena de galletas de avena, que me enseñó mi amiga Naiara cuando nació Emma y que hago con ella desde entonces. Tiene muchas variaciones y posibilidades y admite muchos otros ingredientes, pero la base es la siguiente:

Ingredientes:

    • 1 vasito de avena
    • 1 vasito de bebida de avena, leche o agua
    • 3/4 de vasito de panela o azúcar
    • 3/4 de vasito de aceite
    • Frutas, ralladura de naranja, pepitas de chocolate…
    • 3 vasitos de harina
    • Harina para enharinar bien la masa, las manos y para amasar.
    • Levadura de repostería (10 gramos)
    • Lacasitos o elementos decorativos (opcional)

Utensilios:

    • Vasito
    • Bol
    • Cuchara
    • Bandeja para horno

Elaboración:

En un bol añadimos el vasito de avena, el vasito de panela o azúcar y el vasito de leche, bebida vegetal o agua. Revolvemos con la cuchara y dejamos unos minutos para que la avena se reblandezca bien.

Añadimos a continuación el aceite y lo que nos guste para las galletas, puede ser desde fruta, ralladuras de naranja o incluso pepitas de chocolate. Dependiendo de lo que añadamos, necesitaremos algo más de harina para que la masa quede bien.

Echamos la harina y la levadura a la mezcla y revolvemos bien, tenemos que añadir algo más de harina, hasta que la mezcla sea una bola que se despegue del bol y podamos amasarla con las manos enharinadas sin que se nos quede pegada en los dedos.

Vamos cogiendo pedazos de masa y los convertimos en galletas al gusto que colocaremos en una bandeja de horno untada de aceite o con un papel vegetal. Cuando tengamos todas las galletas, metemos la bandeja en el horno a 175 grados con calor por la base y previamente precalentado. A los 10 minutos vigilamos si la base está ligeramente dorada y sacamos la bandeja si es así. Como mucho en 15 minutos estarán listas!

Qué aproveche!

Semillas de vida

Estamos preparando nuestros sobres de semillas para regalar y expandir la primavera por todos los lugares.

Estos días hemos preparado varios semilleros. Llevamos desde marzo, aunque las incesantes lluvias han provocado que hayamos estado unas dos semanas más bien paradas. A pesar de ello, ya tenemos dos bandejas de tomates, calabacines, pimientos, calabazas… creciendo poco a poco y las cajas de cultivo también llenas de lechugas, rúcula, acelga, perejil…

Queremos seguir sembrando semillas para iniciar el ciclo anual que es necesario abrir en primavera, devolviendo las semillas de las plantas anuales a la tierra, para que vuelvan a germinar y sigan mejorando y adaptándose.

Ya hemos puesto algunas flores también, pero enseguida haremos las siembra masiva para que haya flores toda la primavera y todo el verano.

Pero pensando en todo esto, ayer mientras llovía, decidimos ponernos manos a la obra con las preciosas tarjetas que nos diseño Carlos Ramírez (Carlos Zorromono en las redes) y preprar muchas para llenarlas de nuestras semillas y poder regalarlas a todo el mundo cuando podamos salir a la calle.

Estamos preparando muchos sobres con semillas para regalar en cuanto podamos. Nos vemos pronto! Mientras tanto, nosotras nos quedamos en casa!—#semillas #agroecologia #primavera #huertoencasa #jardinencasa #floresyfrutos @maremcasarural

Gepostet von MAREM CASA RURAL am Samstag, 11. April 2020

Da igual si esta temporada no abrimos la casa (que nadie sabe lo que sucederá), lo que sí pasará es que Marem expandirá sus semillas a quien las quiera. Estamos preparando sobres con semillas de caléndulas, tagetes, flores de primavera, albahaca, tomates, calabazas, calabacines, pimientos… todas son semillas propias recogidas y seleccionadas de nuestra huerta y jardín (en el caso de las flores, además proceden de flores que llevan muchos más años en el jardín de mi madre).

Esperamos que la primavera, aunque perezosa, se expanda rápido a todas las casas. Feliz día para todas y todos.

El cole en casa

Este curso lo recordaremos siempre; los más mayores por el caos que hemos sufrido hasta adaptarnos a la nueva situación a la que nos ha obligado este parón, y los más pequeños por todo el tiempo que están disfrutando en casa para hacer lo que más les gusta y que cuesta encontrar en la rutina diaria.

Desde el día 11 de marzo, hacemos cole desde casa. Yo que doy clases de agrarias a cursos de FP y Grado Medio, hago «cole» a mis chavales de entre 14 y 20 años de San Asensio (un pueblo de La Rioja Alta) a través de los medios digitales, y Emma hace su cole de 5 años con sus números, sus letras, sus juegos gracias a la ayuda de su tutora Laura y del tiempo en casa del que disponemos (y que desgraciadamente no tienen todas las familias dependiendo de sus trabajos).

Haciendo cole de 5 años.

Hemos aprendido mucho, mucho más de lo que nos hubiéramos imaginado. Yo como profesora y tutora he aprendido a dar clases por videoconferencia, a plantear tareas por medios digitales y a elaborar contenidos y experiencias más llevaderas desde casa que permitan avanzar lentos pero seguros y evaluar el esfuerzo que están llevando a cabo los chavales. Creo que vamos a aprender muchas otras cosas que en el aula no hubiéramos hecho en igual medida, porque el sentido de la responsabilidad y del esfuerzo personal ha incrementado en todos, y sobre todo en las chicas y chicos del instituto en el que trabajo. En nuestro caso hemos perdido algunas cosas importantes como el invernadero que cuidamos, los olivos, las prácticas en empresas, las prácticas en un centro ecuestre… que es difícil sustituir con alternativas dadas desde casa, pero habrá que seguir dándole una vuelta a ver qué se puede hacer. Y sobre todo ellos tienen que recordar que están en casa con una situación excepcional y entre las prioridades, está ayudar a su familia en todo lo necesario para que todos y todas salgamos bien o lo mejor posible de esta.

Este es el blog de agrarias en el que cuelgo contenidos y tareas diarias para mis alumnos y alumnas de San Asensio. Es una herramienta más entre otras que tenemos en el instituto: https://cicloformativoagropecuario.blogspot.com/

Los peques también están aprovechando mucho, sobre todo a estirar el tiempo con sus madres y padres, quienes a veces no lo encontraban en las 24 horas de rutina y prisas de la vida «normal». Creo que es generalizado que los más pequeños no tienen límites para estar jugando y aprendiendo de todo lo que les rodea, incluso entre cuatro paredes, durante todo el día. Entiendo también que habrá casos de padres y madres que tengan que estar acudiendo a sus centros de trabajo, a los que no les haya resultado nada fácil está situación. Esto reafirma mucho más que, los que peor lo están pasando son los mayores; cuanto más mayores, más se complica esta nueva rutina temporal.

Personalmente estoy aprendiendo mucho, además de como profesora de instituto, o tutora, o madre en el encierro, o de mis chavales de agrarias, estoy aprendiendo de mi hija de 5 años. De su capacidad para estar bien todo el día, para sacar la parte buena de todas las cosas, de su alegría incansable, de su energía incesante, de sus bailes, de sus juegos, de su imaginación sin límites, de sus historias inventadas, de su entusiasmo por hacer cole todos los días, incluidas las vacaciones y los sábados y domingos, de sus ganas de descubrir, de escalar, de hacer deporte con lo que pille, de dibujar y pintarlo todo… podría estar eternamente escribiendo cosas porque es increíble lo que nos podemos llegar a perder cuando vamos encasillados en la rutina del día a día y no miramos a los lados, porque no nos da ni tiempo.

Hacemos muchas manualidades, esta se la hemos regalado a nuestro vecino Millán ya que el día 10 de abril fue su cumpleaños.

De lo malo de todo lo que sucede, que es mucho para cientos de personas, yo he pensado que no me pienso perder ni un minuto de este encierro, que también hay grandes cosas que sacar.

Vista previa de imagen
Hemos creado una taquilla de cine, pero también es una tienda, un restaurante, una peluquería, a los lados tiene buzones para cartas o cosas que queramos dejar dentro….

Hoy hamburguesas para comer

Os dejamos la receta de las hamburguesas de avena que hacemos. Esperamos que os gustén.

Aunque tenemos la suerte de contar con varias carnicerías de una calidad excepcional en el entorno (Ortigosa, Nieva y Villoslada), también algunas veces nos preparamos hamburguesas con productos del huerto. Hoy os dejamos una receta por si queréis probarla!

Ingredientes:

    • Verduras: por ejemplo éstas llevan brócoli, puerro, cebolla y zanahoria.
    • Avena
    • Agua
    • Pan rallado
    • Aceite
    • Sal
    • Perejil y especias (opcional)

Utensilios:

    • Sartén
    • Cuchillo
    • Tabla de cortar
    • Plato
    • Un bol o cuenco
    • Un vasito

Elaboración:

Cortamos la cebolla y las verduras en taquitos (al estilo juliana) y lo pochamos todo en la sartén a fuego bajo. En la sartén añadimos el perejil y la sal.

En un bol aparte, añadimos un vasito de copos de avena y el mismo vasito a continuación de agua. Las medidas dependen de la verdura que añadamos, pero siempre tiene que ser la mediada de avena igual a la medida de agua.

Cuando la verdura esté blandita la añadimos en el bol y mezclamos todo con una cuchara. Si vemos que lo necesita se puede añadir otro vasito de avena y de agua y a continuación, añadimos pan rallado hasta que podamos manejar la masa sin que se nos pegue.

Vamos cogiendo pedazos de masa y los convertimos en hamburguesas. Cuando tengamos todas las hamburguesas las pasamos por pan rallado por los dos lados (esto es opcional) y las ponemos a freír en una sartén untada en aceite hasta que estén bien caladas.

Qué aproveche!

El Huerto de mi abuelo materno

Mi madre es rasillana y es una de las mujeres más fuertes y trabajadoras que conozco. Hoy es su cumpleaños y me gustaría que supiera que la siento en cada flor de primavera.

En los Cameros quedan vestigios de pequeños huertos familiares y prados de siega para el ganado. Ciertamente quedan muy pocas muestras y la mayoría abandonadas, aunque muchas recuperadas mediante una limpieza que se ha llevado a cabo este invierno y ha dejado al descubierto, huertas que llevaban unos treinta años abandonadas. Una de ellas es la huerta de mi abuelo materno.

Hace unos meses quedó desenterrada y volvió a ver la luz después de más de tres décadas. Está enfrente de mi casa y cuando miro por la ventana ahora casi puedo ver la balsa de agua que construyó mi padre en la huerta para que mi abuelo pudiera regar sin tener que subir todo el rato al empedrado a por agua. También, casi puedo oler las fresas que había en la huerta, era lo que más me gustaba de lo que cultivaba y me encantaba comerlas allí mismo. Recuerdo el camino para llegar hasta ella y cada uno de los escalones, recuerdo las ortigas y las zarzas que había que pasar para llegar hasta la balsa y a continuación, hasta la huerta.

Cuando limpiaron esta zona, mi padre, mi hija y yo bajamos a buscar la balsa y allí estaba, perfecta, como si el tiempo se hubiera detenido antes del abandono de las huertas y ella se hubiera quedado esperando algo más. Ahora puede ser el momento, y ojalá que recuperemos este espacio familiar para cultivar y para sembrar vida de nuevo, para nosotros y para nuestras generaciones futuras.

De momento y dentro de nuestras posibilidades, en nuestra casa tenemos un pequeño huerto y zona ajardinada que compartimos con quien nos visita. En este espacio cada año ponemos algunas variedades tradicionales de la zona y sembramos nuestras propias semillas de flores que provienen de la sabiduría y buen hacer de mi madre, la experta de la familia en flores y jardines.

Ahora mismo es un espacio pequeño, pero casi a diario podemos comer algo de la huerta, incluso en invierno porque cultivamos dentro de cajas lechugas, espinacas, eneldo, rúcula, acelgas… y fuera bócolis, coliflores, habas, guisantes… y así cada día podemos tener algo, aunque sea poco. En verano es mejor aún porque a diario podemos coger fresas para el almuerzo de plantas que llevan ya más de dos años, son muy ricas, casi tan buenas como las de mi abuelo… también tenemos tomates, pimientos y calabacines y calabazas que aún seguimos comiendo porque guardamos parte de la cosecha en el congelador.

Y también en este espacio pequeño casi siempre tenemos alguna flor, primero los narcisos, la caléndula y las flores silvestres tempranas de primavera, lilas, lirios, el romero siempre florecido, las flores previas al verano como tagetes, hortensias, los rosales… y la parra que en octubre nos dará sus frutos.

Hoy que es el cumpleaños de mi madre, la recuerdo en cada una de las flores que miro. Este cumpleaños, como el de mi padre y el de mi hermana pequeña, lo celebramos también desde la distancia, con la seguridad de que pronto podremos estar sembrando flores juntas. Felicidades mamá!

Crear nuestro propio compost

Queremos compartir cómo reducimos en la medida de lo posible uno de los residuos diarios de la casa, la materia orgánica. Igual en vuestras casas, en las terrazas o balcones que podáis tener, también podéis intentarlo.

Compost

En Marem, todos los residuos orgánicos de la casa se reutilizan para la elaboración de compost en los sistemas instalados en el jardín. El compost, una vez elaborado se vierte en las zonas de huerta y de jardín con el fin de alimentar a las plantas y cerrar ciclos.

Los residuos orgánicos se convierten en compost gracias a un sistema de descomposición aeróbica llevada a cabo por bacterias y otros organismos macroscópicos que necesitan oxígeno para vivir. Como es una descomposición aeróbica (con oxígeno) no debe y no produce olores que serían resultado de fermentaciones y de procesos sin oxígeno. Para que esto ocurra así, es necesario que los restos que se aporten a la pila de elaboración de compost sean determinados y rechacemos algunos residuos domésticos que van a entorpecer el proceso de digestión aerobia de la materia orgánica (ver el siguiente cuadro):

Tabla de residuos domésticos

Para que la pila de compost funcione bien y el proceso de descomposición ocurra bajo las condiciones adecuadas, además es necesario que se configure una pila de residuos orgánicos en contenedores o sistemas cómodos para la aireación y la extracción del compost. En nuestro caso el contenedor es de madera tipo palet, con espacio entre los listones para la aireación y de dimensiones 1 metro de alto por 0.8 metros de ancho y de largo. El frente delantero se abate hacia arriba en su mitad inferior para la extracción del compost más elaborado en la parte inferior de la pila interior. Los residuos se van incorporando por arriba, abriendo una tapa de madera que cubre la pila y la protege de la insolación y la lluvia excesiva.

Las pilas de compost deben estar en lugares más bien sombreados pero no demasiado fríos y protegidas de la lluvia, pero teniendo en cuenta que habrá que reponer la humedad si la pila se seca demasiado. Nuestra caja tiene una tapa de madera superior abatible que es lo único que protege a la pila de la lluvia y es suficiente, permitiendo también la entrada de algo de humedad que ayuda a la pila.

A la derecha está la caja para la elaboración del compost o compostera. A la izquierda está la lombricompostera.

Además del sistema básico de compostaje en caja y mediante pila de compost, tenemos una lombricompostera en la que la acción de descomposición de la materia orgánica se está llevando a cabo mediante lombrices rojas o autóctonas introducidas en la caja. Este sistema es de dimensiones menores y dispone de dos pisos o compartimentos, uno encima de otro, para que las lombrices se desplacen hacia arriba en caso de terminar con el montón de materia orgánica de la parte inferior. En este sistema también resulta sencillo recoger los lixiviados del proceso de descomposición mediante una bandeja situada en la parte inferior de la lombricompostera. Estos lixiviados rebajados con agua, se pueden usar como biofertilizante para nuestro huerto y jardín.  

Lombriz roja o de california.

Marem

Día 28

Mi familia ha sido el principal pilar de este proyecto. Han estado en todo momento apoyando nuestra ilusión de convertir una casa en un espacio de vida, sin escatimar en tiempo, recursos y fuerza, sin dejar de animarnos y de alentarnos en todo el proceso.

Este año tocaba disfrutar un poco más de todo el esfuerzo realizado y tocaba reposar todo el trabajo hecho y devolver el tiempo invertido, en tiempo para los demás.

Desde el día 10 de marzo y desde antes incluso, no veo a todas esas personas que han estado, incansables, con nosotras en todo este proceso y en muchos otros de nuestras vidas;

y es lo que más pesa de este encierro. Pesa estar lejos de tus seres queridos y sólo poder verlos unos minutos al día por medios digitales, sintiendo en algunos momentos que están tristes o desanimados y cansados.

Pero están bien;

eso es lo importante, es algo muy importante para mi, que todos y todas están bien; desde el ser que va a nacer hasta los abuelos a los que les pesan los días más incluso que a nosotras.

Hay muchas otras personas que no pueden decir lo mismo, porque tienen en su entorno familiares o amigos enfermos o han perdido a seres queridos. Hay muchas personas que están a diario arriesgando mucho por mantener servicios mínimos necesarios. Hay muchas personas haciendo cosas bonitas cada día para que las horas pasen más alegres y otros muchos estén acompañados. Hay muchas personas haciendo pequeñas cosas que son grandes cosas. Debemos recordarlo para cuando esto pase. Porque de todo esto, tendremos que aprender.

Para nosotras es el día 28 de encierro y como en estos 28 días hemos vivido muchas cosas y las que nos quedan por vivir, quiero convertir el pesar de estar lejos en palabras compartidas a partir de hoy. Desde Marem para quien lo quiera leer.

Fotografía de junio de 2019 cuando limpiábamos para la apertura

Dónde está Marem

MAREM se encuentra en El Rasillo de Cameros, un pueblo inmerso en la sierra camerana Riojana, espacio único para disfrutar de la naturaleza y la montaña.

Vista aérea de El Rasillo de Cameros y el pantano (cuenta con actividades de recreo y zona de baño)

Casa Rural Marem se encuentra en el municipio de El Rasillo en Cameros, nuestro pueblo materno. Este pueblo está inmerso en plena naturaleza de la zona conocida como El Camero Nuevo, lugar que ofrece al visitante un sinfín de posibilidades en cuanto a naturaleza, deportes, senderismo, actividades ligadas al medio rural, cultura, tradiciones, patrimonio y producciones artesanas y de calidad. El Rasillo se encuentra a 45 Km. de Logroño, la capital riojana. Para llegar al pueblo se puede hacer en coche por nacional y comarcal (ver imágen y comentarios siguientes) o usando el transporte público mediante la línea de la zona (ver información más abajo).

Entrada y acceso a Casa Rural Marem
En rojo llegada a El Rasillo desde Logroño, en amarillo llegada a El Rasillo desde la N-111 en Villanueva (desde Madrid por ejemplo), en morado acceso a Casa Rural Marem por el interior del pueblo.

Casa Rural Marem se encuentra en el mismo casco urbano de El Rasillo, en una calle tradicional empedrada llamada Julio Castroviejo. A sólo unos metros se encuentra la plaza de Los Tilos, el lavadero, la fuente de tres pilones, los bares La Garlopa y La Plaza y el frontón del pueblo con la biblioteca y el centro etnológico. Igualmente sólo a unos minutos andando es posible adentrarse en los bosques atlánticos y pinares del monte de El Rasillo y de Los Cameros a través de diferentes senderos.

En azul entrada alternativa para grandes vehículos para evitar pasos estrechos del interior del pueblo.

Para desplazarse en transporte público, se pueden consultar horarios en la siguiente página: Línea autobús Logroño-Montenegro

Casa Rural Marem

Casa Rural Marem es un proyecto ilusionante que hemos puesto en marcha con toda la energía positiva posible para compartir un espacio de vida y experiencias con quienes quieran visitarnos.

CASA RURAL MAREM – EL RASILLO

La casa rural MAREM es una pequeña casa en el casco del municipio de El Rasillo que pretende dar alojamiento a personas, parejas, grupos de amigos y familias que quieran conocer la zona y llevar a cabo  actividades en torno a la agroecología. Durante la estancia se propone una vivencia sostenible basada en el conocimiento de la zona, su patrimonio y su paisaje, el cuidado del agua, la gestión de los residuos y la minimización del consumo energético, la práctica de la agroecología y el cuidado de los recursos materiales y personales.