El 22 de mayo ha sido un día lleno de luz en este camino de nuevos aprendizajes. Al comenzar el día de ayer, lo remarcaba porque reabríamos después de casi 3 meses de parón y en esa mañana, me inundaban sentimientos de emoción y de ilusión por volver a llenar la casa de vida.
Pero de nuevo las circunstancias te ponen sobre la verdad de las cosas y sobre lo importante, y pocas horas después caía otra vez en la cuenta de que lo que realmente da sentido de la vida, es vivirla con, por y para las personas a las que quieres y que te quieren.
Ayer una vida muy importante para mi dio vida a una nueva criatura. Seguro que esta niña de 22 de mayo es luz en el camino de muchos, sonrisa limpia, corazón enorme y mente despierta e inquieta, como su madre. Y también seguro que es persona honesta, coherente y desenvuelta, como su padre. Y lo que es seguro es que será quien ella quiera ser, y todas y todos los que estemos cerca, estaremos orgullosos de ello.
Estoy feliz de la vida que ha dado vida. Estoy feliz por la nueva personita que llega.
Le deseamos que en su rostro la sonrisa siempre pueda aflorar incluso después de los días de lluvia, que las lágrimas puedan limpiar tristezas de determinados momentos, que sus manos puedan ayudar y estén abiertas siempre para dar y recibir, que sus oídos no dejen de percibir más allá de los primeros ruidos de la calle y que los aromas de fuerza y la determinación siempre la rodeen.
Le regalamos primas para jugar, tías llenas de amor, abuelos cariñosos, manos para cuidar, días de entretenimiento y aprendizajes, paseos llenos de descubrimientos y tesoros de la naturaleza, amor sin límites y ayuda incondicional.
Nos alegramos por su madre, por su padre que son personas excepcionales, de las cuales hemos aprendido mucho; fuertes, constantes, trabajadores y siempre atentos. Me alegro en especial por mi hermana del alma, mi compañera de infancia y ahora la persona a la que más admiro y respeto. Eres luz para la nueva luz, eres amor para el nuevo amor, eres vida para la nueva vida.